Bonaire como síntoma: los difusores de bulos no van a aceptar la cifra oficial de muertos de la dana | Tecnología

Todo indicaba ya que el parking de Bonaire no sería la multitudinaria tumba que anunciaban los bulos cuando el martes a mediodía, el secretario general del grupo parlamentario Vox, José María Figaredo, acusó sin pruebas al Ejecutivo de Pedro Sánchez de tapar el número real de víctimas de la dana: “Cientos de ellas que el Gobierno está ocultando y escondiendo”. Distintos cuerpos de rescate habían revisado ese aparcamiento los días anteriores sin encontrar cadáveres y, poco después de la acusación de Figaredo, las autoridades certificaban la buena noticia: ni un solo muerto en un lugar que, dependiendo del bulo, guardaba 86, 300 u 800 fallecidos. Tema zanjado, cabría pensar. Pero en tiempos de desinformación, en medio de una salvaje avalancha de mentiras deliberadas desatada tras la gota fría, las cosas no funcionan con esa fría racionalidad. Los agitadores de las conspiraciones no descansan: en Bonaire sí hay muertos, pero se ocultan, como denunciaba Figaredo.

Desde la tarde del martes, cuando la buena noticia empezó a circular por medios y redes, las cuentas conspiranoicas decidieron reescribir la narrativa. Comenzaron a circular con redoblada fuerza audios anónimos que aseguran que “lo del parking de Bonaire es un auténtico cementerio”, vídeos sin fechar de un joven que afirma junto al lugar que “están sacando montón de muertos”, de supuestos camiones refrigerados cargados de muertos y mensajes de texto que aseguran: “Nos han vuelto a mentir. De momento alrededor de 50 muertos”. Todo reempaquetado en nuevas publicaciones en plataformas como Telegram, X o Whatsapp y que siembran dudas sobre la credibilidad del dato oficial. En los canales de la desinformación no van a aceptar la cifra de muertos de las autoridades. Con cientos de miles de seguidores directos y un alcance real desconocido en las plataformas de mensajería, ya ha cristalizado el discurso que alentaba Vox en el Congreso: mucha gente va a manejar un relato propio sobre el impacto real de la dana, al margen de las pruebas. Bonaire es solo un síntoma.

Todo el entorno de la extrema derecha española está trabajando con esa narrativa. Vito Quiles, agitador acreditado en el Congreso, fue de los primeros en reaccionar y publicó este mensaje al compartir la noticia: “Es muy extraño todo. (…) Me preocupa que nos puedan estar ocultando información o engañando por intereses políticos”. Poco después, Javier Negre, al frente del pseudomedio EDA TV, se preguntaba por qué ocultan los muertos y se respondía: “Quieren anesteriar a la sociedad. El palo es tan gordo que no quieren dárselo en tiempor real”. Bertrand Ndongo, otro habitual agitador ultra, tuiteó por la tarde un audio con este comentario: “Si esto es real, mi fuente tenía razón sobre el parking de Bonaire”. Ndongo defiende así el bulo que había diseminado anteriormente: la existencia de 700 tickets de coches que aún no habían salido del aparcamiento (donde no se usaban tickets).

En el audio que comparte, que ha tenido un éxito formidable en los canales conspiranoicos, se escucha a un supuesto sargento de la UME (según la imagen), con la voz rota, decirle a un compañero que llevan “toda la noche sacando personas, por lo menos 200 niños (…) por la parte de atrás”, a pesar de que los medios dicen que no hay ninguna víctima allí. Ese clip es una burda muestra de desinformación con todos los elementos clásicos para engañar: una nota de voz que presenta a un uniformado, un héroe honesto, emocionado, que explica los motivos por los que no hay pruebas (”no nos dejan entrar ni con el teléfono”) y denuncia la conspiración con una indignada llamada a la acción: “Los tienen que meter a todos en la cárcel”.

Muchas cuentas habituales de la desinformación reaccionaria lo han compartido, como Pilar Baselga con el comentario: “Asesinos”. El escritor César Vidal también le ha dado difusión al audio (que solo en ese tuit tiene 1,3 millones de reproducciones) reclamando la urgencia de que se confirme. Antes había publicado otro tuit en el que reiteraba uno de los argumentos más usados en la conspiración de Bonaire: “Ciento cuarenta y cuatro forenses para sólo doscientos diecisiete muertos en Valencia? Despertad!!! El gobierno social-comunista os toma por idiotas integrales!!!”. Esta comparación de muertos confirmados y forenses (inicialmente se enviaron muchos, pero buena parte ya se fueron) la ha repetido buena parte de la extrema derecha, hasta Coto Matamoros.


Además del audio, otros actores menores del campo de las conspiraciones han diseminado entre sus decenas de miles de seguidores otras pruebas del gran engaño de Bonaire. Uno llamado El Diestro publicó el martes un post en su Telegram (37.000 seguidores), tras certificarse que no hay fallecidos, asegurando que al menos hay 50: “Tengo confirmado que hay muertos en el parking de Bonaire. Alguien de mi total confianza me lo acaba de asegurar. Han echado de allí a personal incómodo, Guardia Civil”. También han reaparecido vídeos de camiones saliendo de Feria Valencia escoltados por la UME como prueba de que siguen apareciendo víctimas. Y cortes de entrevistas televisivas con bomberos cuyos lapsus al hablar se toman como pruebas irrefutables de la conspiración.

En estos canales han encontrado un nuevo objetivo: otro parking, el del centro comercial MN4. Ha resucitado un vídeo de hace varios días, en el que una joven contaba como vio que la riada arrastraba muchos coches ocupados hacia ese aparcamiento. Y circula el audio de una entrevista en la radio a un concejal de Mislata que cuenta cómo han encontrado 90 muertos en ese parking “solo en el primer piso”. La emisora ha reconocido posteriormente que les engañaron, que ese concejal no existe, pero el tuit con la entrevista siguió publicado casi dos días. Ahora el vídeo circula solo por Telegram.

Mensajes con esta narrativa, en distintas presentaciones, se cuelan repetidamente en publicaciones de redes sociales y mensajería instantánea, con una idea fija: las autoridades ocultan el verdadero calibre de la tragedia, como si más de dos centenares de fallecidos oficiales fueran pocos. En un escenario similar de tsunami de bulos, muchos estadounidenses se convencieron de que no murió ningún niño en la masacre de Sandy Hook (EE UU), donde mataron a 26 personas. El bulo lo alentó el agitador Alex Jones, que aseguraba que era un montaje para retirar los permisos de armas de fuego, y que tendrá que pagar casi 1.000 millones de dólares a las familias de estas víctimas reales. Bonaire, a la inversa, va camino de ser el Sandy Hook español.

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