La multinacional estadounidense Apple ha eliminado en Rusia casi un centenar de aplicaciones VPN, decenas más de las que oficialmente informó el organismo censor del Kremlin. Estas extensiones, redes privadas virtuales, permiten a los ciudadanos rusos eludir los vetos de su Gobierno en Internet, especialmente el acceso a medios editados por periodistas rusos en el exilio, a diarios occidentales, incluido EL PAÍS, y a redes sociales extranjeras.
La compañía estadounidense, cuyos móviles se siguen vendiendo en las tiendas rusas pese a que oficialmente abandonó el mercado por la invasión de Ucrania, ha eliminado en total 98 VPN, 60 de ellas en los últimos tres meses, según ha revelado el proyecto Greatfire. “Restringir unilateralmente el acceso a estas importantes herramientas sin transparencia ni el procedimiento debido convierte a Apple en cómplice de la censura gubernamental”, ha advertido a través de un comunicado Benjamin Ismail, director de esta plataforma que vigila la represión estatal en Internet en todo el mundo.
Apple anunció en mayo que en total había borrado 12 aplicaciones de la App Store en 2023 a petición del Kremlin, mientras que el servicio federal responsable de controlar y capar Internet en Rusia, el omnipresente Roskomnadzor, había informado hasta ahora de solo 25 VPN eliminadas por la compañía a petición suya. Sin embargo, la investigación de Greatfire revela que la multinacional suprimió recientemente decenas de aplicaciones más en varias rondas masivas, especialmente entre julio y agosto.
“Hubo patrones de eliminación coordinados. Se concentraron en fechas concretas, lo que sugiere que hubo un esfuerzo coordinado por parte de Apple que probablemente fue más allá de las solicitudes de Roskomnadzor, en vez de una retirada voluntaria por parte de los propios desarrolladores de las VPN”, denuncia a través de otro comunicado Roskomsvoboda, una plataforma por Internet libre en Rusia que es colaboradora del proyecto Greatfire. El grupo cita CyberGhost VPN y ExpressVPN entre otras aplicaciones de peso eliminadas en secreto. Anteriormente había sido el turno, oficialmente, de otras conocidas redes como Proton, Red Shield y NordVPN. Según Roskomsvoboda, solo China supera a Rusia en las restricciones a medios que eviten el bloqueo estatal de Internet.
Ismail señala que Apple “no ha explicado por qué se ha apartado de sus propios estándares, que reconocen ‘la importancia crítica de una sociedad abierta donde la información fluye libremente”. Y agrega: “Además, sus normas dicen claramente que ‘de la mano de la confidencialidad de nuestros usuarios va un compromiso con la libertad de expresión y de información”.
Apple, Microsoft y Google siguen en Rusia
El software y el hardware de las grandes tecnológicas occidentales se siguen vendiendo en Rusia, a pesar de que Moscú prometía que serían sustituidos por productos rusos y que las propias compañías decían que abandonaban el mercado en solidaridad con Ucrania. Todo llega importado, o a través del mercado pirata, y aunque las suscripciones no se pueden renovar dentro del país por el bloqueo al sistema financiero, sí puede hacerse a través de cuentas en el extranjero
Aunque las tecnológicas no venden sus servicios directamente, hay indicios de que operan en un limbo dentro del país. Los navegadores siguen ofreciendo publicidad adaptada al usuario según su geolocalización y búsquedas; y Google, por ejemplo, no cerró el acceso a la red publicitaria AdSense y BiqQuery en Rusia hasta agosto de este año. De hecho, este periódico ha comprobado cómo se podían crear nuevas cuentas de Gmail hasta hace unas semanas en el país: solo ahora rechaza el uso de un teléfono ruso como vía de validación.
Donde el Kremlin censura una VPN aparece otra, aunque en el sistema cerrado de Apple es más complicado y la compañía tiene en Rusia uno de sus mayores negocios del mundo junto a Estados Unidos. Según Globalstats, un 26% de los rusos usa iPhone y las sanciones no han mermado su afición por la compañía californiana. Pese a que la empresa ya no vende sus productos en Rusia, como respuesta a la invasión de Ucrania, sus teléfonos, tabletas y todo tipo de accesorios siguen llegando en cantidades masivas con el conocimiento de Apple, a través de reventa desde terceros países, especialmente Turquía, China y naciones de Asia Central.
El Gobierno ruso legalizó el contrabando al principio de la guerra y lo denominó importaciones paralelas. En cualquier caso, los precios son mucho mayores que en el resto del mundo debido a los problemas de importación provocados por las sanciones. Por ejemplo, el nuevo iPhone 16 Pro de 256 gigas está en preventa en una de las principales cadenas de tecnología del país —MVideo— por 165.999 rublos, que son unos 1.660 euros al cambio. Son 400 euros de diferencia con el precio recomendado, un 33% más de sobreprecio. Sin embargo, la demanda ha subido un 15% respecto a la generación anterior, según ha contado una empresa de reventa a Reuters.
El Kremlin usa las VPN y redes que censura
Este doble juego se extiende al control de Internet. El Gobierno ruso ha vetado el acceso a las redes sociales extranjeras, incluidas X, Facebook e Instagram; y estas últimas han sido declaradas organización extremista, por lo que trabajar con ellas implica teóricamente penas de cárcel. Sin embargo, los organismos oficiales rusos y muchas personalidades próximas al Kremlin siguen utilizando esas redes sociales mediante VPN.
Moscú asegura que no es delito emplear las aplicaciones VPN al mismo tiempo que las persigue. “No tengo conocimiento de que haya sanciones”, respondió en abril el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, a la enésima pregunta de los periodistas rusos a lo largo de esta guerra sobre el riesgo de utilizar VPN —en secreto, todos las utilizan—. “Aunque Roskomnadzor está haciendo todo el esfuerzo posible para bloquear los servicios VPN”, matizó el jefe de prensa del Kremlin, “estos esfuerzos, de hecho, continuarán para reducir la capacidad de eludir el bloqueo”, enfatizó.
El propio Peskov reconoció en abril de 2022 que tenía instalada una VPN en el móvil. “Sí, claro. Bueno, ¿por qué no? Esto no está prohibido”, manifestó el portavoz del presidente ruso. Semanas antes, su Gobierno había prohibido el acceso dentro de Rusia a Instagram, debido a las críticas al ejército y a Putin tras masacres como la de Bucha, aunque todavía hoy sigue siendo una de las redes sociales más populares de Rusia —donde la gente prefiere mostrar una vida idílica a la guerra—. La cuestión es que, habiendo sido declarada extremista, legalmente cualquier interacción con esta red podría ser considerado delito pese a que el Kremlin lo ha descartado.
La propaganda rusa utiliza masivamente estas plataformas para proyectar su mensaje en el exterior y entre los rusos que aún acceden con VPN. Entre ellas, Russia Today, expulsada por Meta después de los informes estadounidenses que vinculan al medio con el servicio secreto ruso. Peskov reconoció la pasada semana que el veto a los rusos no se extiende a su propaganda hacia Occidente. “Utilizamos todos los recursos posibles para difundir el trabajo del presidente”, manifestó el portavoz de Putin al ser preguntado por qué el Kremlin actualiza su canal de YouTube a pesar de que la plataforma ha sido ralentizada —que no prohibida— por Roskomnadzor, hasta tal extremo que no funciona sin el empleo de VPN.