Preguntar a una inteligencia artificial generativa como Gemini, ChatGPT o Copilot no parece difícil: hagas la pregunta que hagas, siempre te van a responder. Otra cosa diferente es que consigas exactamente la respuesta que necesitabas. Porque no es lo mismo pedirle que “escriba un texto sobre las posibilidades de la IA” o que “elabore una guía detallada sobre cómo utilizar la IA en el entorno empresarial, que será publicada en un medio de comunicación generalista”.
La clave está precisamente en la forma de hacer estas preguntas. Son lo que se conoce como prompts, y que son esenciales para definir el tono, el estilo y el detalle de los textos, imágenes o presentaciones generadas por una IA. No es una tarea sencilla; de hecho, ya hay cursos destinados por completo a enseñar cómo hacerlo. ¿Cuáles son las claves?
Para que un prompt sea completo, lo recomendable es que incluya seis elementos esenciales, que sirven tanto para dar contexto a la IA como para identificar de forma clara el objetivo de la petición. La norma general es que siempre hay que ser lo más específico posible. En lugar de decir “describe un árbol”, lo ideal sería “describe las características físicas y del entorno de un árbol situado en un parque de una gran ciudad”.
Dicho esto, lo esencial sería:
- Hablar a la IA como si fuera una experta en un campo concreto. Puedes pedirle que se ponga en el lugar de cualquier profesión u ocupación: “Haz esta tarea como si fueras un profesor”; o periodista, o responsable de marketing, o estudiante, etc.
- Especificar el contexto. Hay que dar el máximo número de detalles. Por ejemplo, explicar quién eres, para qué necesitas el trabajo que le estás pidiendo, cómo lo vas a utilizar… “Soy una periodista que está escribiendo un artículo sobre cómo elaborar los mejores prompts para preguntar a las inteligencias artificiales como tú. Necesito tu ayuda para encontrar un titular atractivo, que describa el contenido y orientado a SEO para este texto, que se publicará en la sección de tecnología de un periódico nacional”.
- Definir el objetivo. Es imprescindible explicarle a la IA si deseas escribir un artículo, un trabajo académico, un correo electrónico, hacer una presentación, un esquema o cualquier otro tipo de trabajo. “Necesito elaborar una presentación que combine texto, imágenes y gráficos para (tema)”.
- Determinar el tono. El lenguaje empleado en entornos laborales o académicos no es el mismo que para redes sociales. Por eso, debería especificarse siempre si el tipo de contenido es formal, informal, persuasivo, instructivo… En este sentido, se le pueden dar ejemplos para que se base en ellos: “Prepara tres textos descriptivos basándote en este”.
- Diseñar la estructura. Si debe tratar determinados puntos, en qué orden o si hay un número de párrafos determinado que desees, entre otros. “Necesito que el texto comience con una introducción explicando qué es el metaverso, continúe enumerando de forma detallada, y con ejemplos, sus aplicaciones y finalice con los retos a los que se enfrenta”.
- No pedir todo de una vez. En el caso de que el ‘encargo’ sea complejo, lo recomendado por los especialistas es transformarlo en tareas simples; esencialmente, ir pidiéndole que vaya elaborando los contenidos que necesitas punto a punto en lugar de todo a la vez. Por ejemplo, si vas a diseñar una campaña de marketing, lo primero sería pedirle que te detalle cuál es el proceso para elaborar una para luego ir preguntando sobre cada uno de los pasos de forma específica.
Puedes seguir a EL PAÍS Tecnología en Facebook y X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.