Elon Musk presentó anoche su prototipo de robotaxi, el Cybercab, un taxi sin conductor (no tiene ni volante ni pedales) con el que Tesla pretende revolucionar la movilidad de las ciudades. Muy en su línea, aprovechó los focos para pronosticar cuándo estarán a la venta: “Probablemente, bueno, tiendo a ser poco optimista en los plazos, pero en 2026. Antes de 2027, permítanme decirlo así”. Eso dijo, pese a no contar todavía con las autorizaciones regulatorias necesarias para operar este tipo de vehículo. Mientras, en San Francisco ya hay una flota de robotaxis de Waymo desde hace tiempo.
¿Cumplirá los plazos que él mismo se ha fijado? No sería la primera vez que no llega. El magnate atesora, de hecho, un largo historial de exageraciones en todo lo que rodea su ansiado proyecto de desarrollar coches autónomos, al que ha fiado el futuro de la compañía: “El valor de Tesla es, abrumadoramente, la autonomía”, dijo este verano en una reunión con inversores. Esta tecnología es su gran apuesta para dejar atrás a las automovilísticas tradicionales y a los fabricantes chinos de coches eléctricos, que tanto terreno han ganado en los últimos años.
Si las promesas de Musk fueran realistas, los Tesla autopilotados recorrerían las calles desde 2017. Pero han pasado siete años y siguen sin estar listos. Repasamos a continuación otras de las principales predicciones fallidas de Musk en torno a la llegada de los Tesla autopilotados.
Autonomía completa en 2017. La primera vez que el hombre más rico del mundo prometió coches autopilotados fue en diciembre de 2015. Dijo entonces que desarrollaría coches “con autonomía completa” para 2017. Han pasado nueve años y los Tesla siguen necesitando conductor, si bien incorporan un sistema capaz de asumir los mandos del coche, pero siempre con supervisión humana: el conductor debe poder estar listo para asumir los mandos. Este sistema de conducción, de hecho, acumula varios accidentes, algunos de ellos mortales, en EE UU o China.
Conducción sin supervisión en 2016. “El Model S y el Model X ya pueden conducir de forma autónoma con mayor seguridad que una persona”, dijo Musk en junio de 2016. Ocho años después, el regulador sigue sin autorizar a Tesla que comercialice vehículos con sistemas de autopilotaje.
Capaz de circular en ciudad y aparcar solo. Ese mismo año, Musk difundió un vídeo en el que un Tesla circulaba cerca de sus oficinas. “Tesla se conduce solo (sin intervención humana en absoluto) por calles urbanas, hacia la autopista y luego de vuelta a las calles, y finalmente encuentra un lugar para estacionar”, tuiteó el magnate.
En 2018, durante un juicio por un accidente, la compañía aseguró que el vídeo era una “demostración aspiracional” de lo que algún día serían capaces de hacer los Tesla.
Un millón de robotaxis en 2020. “Me siento muy confiado al predecir que habrá robotaxis autónomos de Tesla el próximo año”, dijo en 2019. “No en todas las jurisdicciones, porque no tendremos aprobación regulatoria en todas partes. Pero estoy seguro de que tendremos al menos la aprobación regulatoria en algún lugar, literalmente el próximo año”. La proclama de Musk vino acompañada de una cifra: creía posible inundar las calles con un millón de robotaxis.
Cinco años después, el magnate acaba de presentar el prototipo de ese vehículo, que todavía no tiene los permisos necesarios para circular.
El Cybertruck flotante y la autonomía. Cuando Musk presentó en 2019 el primer prototipo del Cybertruck, su pick-up eléctrico, dijo que estaría disponible desde 39.900 dólares y tendría una autonomía de unos 800 kilómetros. A día de hoy, la versión más barata de este vehículo cuesta como mínimo 60.000 dólares y es capaz de recorrer algo más de 500 kilómetros sin recargar la batería.
Además de su aspecto futurista, el Cybertruck se vendió con características asombrosas, como sus cristales indestructibles (que el propio Musk reventó en directo). Más llamativo que eso era que el Cybertruck sería capaz de flotar durante cortos periodos de tiempo, básicamente de cruzar ríos. O eso dijo Musk.
Ampliar la autonomía es una de las grandes obsesiones de los fabricantes de coches eléctricos, en tanto que es su principal punto débil frente a los vehículos con motores de combustión. Musk no es ajeno a esta batalla. “Creo que podremos llegar a los 1.000 kilómetros de autonomía en uno o dos años. Diría que para 2017 lo tendremos”. Todavía no ha superado los 600 kilómetros.
Otras promesas
Sea por soberbia o como estrategia de marketing, Musk acumula promesas incumplidas en muchos otros terrenos:
Twitter llegará a los 1.000 millones de usuarios. Lo dijo en noviembre de 2022, poco después de hacerse con la compañía. Hoy cuenta con XXX.
La ‘app’ para todo. La intención de Musk es convertir X en una app en la que se pueda también comprar, reservar billetes o realizar muchas otras tareas. Por el momento, lo que ha añadido a Twitter respecto a antes de su llegada son contenidos pornográficos y ausencia de moderación.
Resolver el cambio climático. “SpaceX está arrancando un programa para coger el CO₂ de la atmosfera y convertirlo en combustible para los cohetes”, dijo en 2021.
Hyperloop en Chicago. En 2018, Musk anunció en una rueda de prensa conjunta con el alcalde de Chicago que construiría un túnel de unos 30 kilómetros para conectar el centro con el Aeropuerto O’Hare. El trayecto se completaría en 12 minutos en un hyperloop, el proyecto de trenes ultrarrápidos que presentó en 2013 como la gran revolución para los viajes de grandes distancias y que nunca acabó de arrancar, igual que el túnel.
Colonias humanas en Marte. En 2024 habrá humanos en el Planeta Rojo. Esa fue su previsión en 2014, cuando empezó a decir también que quiere construir una ciudad autosostenible en Marte.