Diego Delso (Ágreda, Alicante, 47 años) comparte en Wikipedia, la enciclopedia universal colaborativa, los rincones más fotogénicos del mundo a través de su objetivo. No son necesariamente los más turísticos: él va detrás de la emoción. Uno de sus trucos es perseguir la hora azul del día con una aplicación del móvil que le avisa cuando se pone el sol. Además, Delso quiere que sus fotos aporten un valor enciclopédico a internet y lo hace a través de Wikimedia Commons, un proyecto de Wikipedia que sirve como almacén público de archivos, donde Delso ha subido ya un total 28.222 imágenes.
El nombre de Delso en esa plataforma es Poco a poco, en honor a sus comienzos en 2008. Al principio, el fotógrafo pensaba que tenía que “buscar la belleza” en sus instantáneas para participar en el proyecto, pero más adelante se dio cuenta de que tenía que aprender y cumplir algunos criterios fotográficos. “Incluso una foto de una piedra en la calle puede ser de calidad, aunque no tenga ningún interés o la composición sea muy aburrida”, explica. Quince años después, es un profesional del repositorio y ha conseguido que Wikipedia utilice el 65% de sus fotos subidas, en más de 64.700 ocasiones.
Detrás de cada foto siempre hay una historia, asegura Delso. “Conseguí hacer una foto de un lince ibérico tras seis horas de espera en un escondite bajo tierra y cuando ya se había puesto el sol”. Detrás del objetivo de su cámara sabe que está ante una buena captura si vive lo que él llama el efecto wow: cuando observa una escena y se queda impresionado. Y para poder subir las fotos tienen que coincidir con la realidad: “Mis fotos son auténticas, no tienen filtros. En Wikipedia buscamos imágenes que documenten e ilustren un artículo enciclopédico”, explica el fotógrafo.
Inteligencia artificial en el cuarto oscuro
“Viajar y hacer las fotos me apasiona; seleccionarlas y editarlas, no tanto”, bromea Delso. Después de hacer unas 2.000 fotos tiene que descartar casi todas y quedarse con alrededor de 50. Otra dificultad es reconocer qué hay al otro lado de la cámara: “Identificar insectos y plantas es una locura. Yo soy ingeniero y me vuelvo loco intentando determinar las especies que he fotografiado”, admite. Para acelerar el trabajo y cumplir con el lema del proyecto —aglutinar el conocimiento y ponerlo a disposición de todos—, Delso se vale de herramientas de inteligencia artificial como iNaturalist, una red social que le ayuda a reconocer diferentes animales y plantas.
La biblioteca de imágenes de Wikipedia no cuenta con fotos creadas a partir de inteligencia artificial, pero a Delso no le parece descabellado que esto ocurra en un futuro, siempre y cuando se cumplan unas normas: “Como usuario tienes que controlar cuáles son las fuentes de las imágenes y que sean todas libres. La imagen tendría que nutrirse de imágenes que no tengan restricciones y documentarse muy bien”. Si no, se estaría cometiendo una infracción equivalente a subir una foto diciendo que es tuya cuando no lo es. En ese caso, el proyecto contaría con unos bots para vigilar el contenido, sugiere Delso: “Un reconocedor que compruebe si lo que se sube es original o no, igual que ya se hace con el texto. Además, el contenido debería estar etiquetado”.
Las grandes compañías tecnológicas, Google, Meta y OpenAI, anunciaron en febrero algunas medidas para identificar imágenes o archivos que hayan sido producidos o retocados con inteligencia artificial. Entre las opciones para etiquetarlas se encuentran las marcas visibles en las imágenes y los mensajes disimulados en los metadatos del archivo, o en los píxeles que han sido generados artificialmente.
Espíritu altruista
La licencia de las fotos de Delso es libre de uso para cualquiera. Por eso el fotógrafo ha visto como otros han utilizado sus imágenes, en lugares tan insospechados como sellos o como etiquetas de cervezas en Alaska. No cobra nada por su uso, él lo hace “por amor al arte”. En 15 años únicamente ha recibido cinco donaciones por un total de 200 euros. Sin embargo, otros sí ganan dinero a costa de sus fotos: “Si alguien hace un libro con mis imágenes, yo no veo un duro. También hay gente que coge mis fotos y las vende en eBay”. Para utilizarlas libremente lo único que hay hacer es citar al autor en los créditos de la foto, pero muchas veces “no hacen ni eso”, lamenta.
Este retratista es también auditor, en una empresa de automóviles, y reconoce que la fotografía le ayuda a gestionar el estrés del trabajo. Sus tres pasiones son viajar, la fotografía y el buceo, y el proyecto le permite combinar las tres. Gracias a la fotografía macro, técnica que permite hacer fotos a gran escala con si fuera una gran lupa, descubrió que la Wikipedia necesitaba material de calidad sobre la fauna marina.
Más biografías de hombres
Un estudio publicado por la revista Nature observó un sesgo de género consistente en Wikipedia tras analizar 349.500 fotos, según explicó EL PAÍS en febrero. Los investigadores del estudio señalaron que el sesgo en más habitual en imágenes que en textos y sus efectos son más potentes psicológicamente. Delso dice que el impacto visual se debe a la “inmediatez” de las fotos frente al texto. Asegura que no tiene en cuenta ningún sesgo a la hora de hacer fotos: “Fotografío lo que me parece interesante, ya sea un hombre, una mujer, un pájaro o un objeto”.
Sin embargo, Wikipedia sí cuenta “con más biografías de hombres que de mujeres”, añade. La enciclopedia en español tiene un total de 510.061 biografías: 119.145 son de mujeres (23,3%) y 389.724 de hombres (76,4%). Para intentar mitigar la diferencia, Wikimedia convoca sus editatones, cuando un grupo de usuarios del proyecto se unen para mejorar los temas o artículos del repositorio.
Las cosas han cambiado mucho desde que, en 2002, Poco a poco se compró una cámara de fotos lo suficientemente fina para que le entrase en el bolsillo de la camisa. Ahora ya todos los teléfonos cuentan con cámara de fotos integrada y el espacio que ocupan es el del almacenamiento. Delso lamenta que existan buenas fotos en discos duros que nadie verá nunca, por eso está muy satisfecho de compartir las suyas. Y es consciente de su repercusión: “Hoy en día, donde todo tiene que ir rápido, definitivamente una imagen vale más que mil palabras”, concluye.
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