De multitud en multitud. Días después de su estreno en un mitin político junto a Donald Trump, el hombre más rico del mundo, Elon Musk, presentó este jueves por todo lo alto Cybercab. Se trata de un coche eléctrico de diseño futurista con dos puertas que se abren como alas, sin volante ni pedales, un robotaxi con el que Tesla quiere revolucionar la conducción autónoma de la mano de la inteligencia artificial. La demostración demostró poco, más allá de que los prototipos son capaces de moverse sin conductor a lo largo de un corto circuito cerrado. También se pudo comprobar que Elon Musk ha enseñado a sus robots a bailar ―o algo parecido―.
Musk exhibió los nuevos modelos y un espectacular autobús-limusina, Robovan. El jefe de Tesla aseguró que la compañía comenzará a producir los Cybercab en 2026 ―un plazo sujeto a las autorizaciones regulatorias― y que su coste será inferior a los 30.000 dólares (unos 27.500 euros al tipo de cambio actual), aunque si al final no es así, no sería la primera vez que la compañía incumple una promesa al respecto. El propio evento de presentación del robotaxi se retrasó varios meses después de que ordenara cambios en el prototipo. Musk ya formuló su nueva previsión de forma un poco enrevesada: “Probablemente, bueno, tiendo a ser poco optimista en los plazos, pero en 2026. Antes de 2027, permítanme decirlo así”.
El funcionamiento de los Cybercab costará 20 centavos por milla a lo largo del tiempo. “El coste del transporte autónomo será tan bajo que se puede considerar transporte colectivo individualizado”, aseguró. Los robotaxis utilizarán cargadores inductivos y no necesitarán enchufes. También se basarán únicamente en cámaras e inteligencia artificial, sin necesidad de otro hardware que utilizan los robotaxis.
Faltaron, sin embargo, datos sobre los planes de producción, sobre el coste de los modelos, la rentabilidad esperada y otros detalles de los que esperan los inversores y analistas, que creen que Tesla se juega gran parte de su valor en el éxito de este producto o, en general, en los coches sin conductor. De cómo logrará esa conducción plenamente autónoma tampoco hubo información. Fue más bien una presentación conceptual.
Tesla corre el riesgo de registrar este año el primer descenso de entregas de su historia, ya que los incentivos a la compra no han logrado atraer suficientes clientes a su gama de vehículos eléctricos. Los fuertes recortes de precios también han reducido los márgenes de beneficio. La compañía espera lanzar el año próximo un nuevo modelo más asequible con el que reanimar la demanda.
El evento de presentación, con el nombre de We, Robot [Nosotros, los robots] se llevó a cabo en los estudios de la Warner Bros en Burbank, a las afueras de Los Ángeles (California) y la puesta en escena fue de película. El acto empezó con un considerable retraso, debido a una emergencia médica de uno de los asistentes, según explicó Musk. Más de tres millones de personas lo siguieron simultáneamente en la red social X en algunos momentos.
Varios de los robots Optimus de la compañía ejercían de anfitriones o de atracción. Algunos bailaron mecánicamente en lo alto de una plataforma acristalada mientras sonaba la música y otros se encontraban en la zona de los invitados. Las cámaras enfocaban una y otra vez a uno puesto en la barra como para hacer de camarero, pero más allá de saludar y de moverse de formas un poco absurdas, no se le veía terminar de servir ninguna copa. Es el producto con el que Musk quiere ganar un billón de dólares anuales, pero claramente falta mucho para eso.
La estrella de la noche, en todo caso, era el Cybercab. Musk llegó montado en uno y elogió las virtudes de los coches sin conductor. “La mayor parte del tiempo los coches no hacen nada, pero si son autónomos se pueden usar cinco veces más, quizá 10 veces más”, dijo. Comparó el hecho de que los coches tengan conductor con la época en que los ascensores tenían ascensoristas.
“El futuro autónomo ya está aquí. Tenemos 50 coches totalmente autónomos aquí esta noche. Verán el modelo Y y el Cybercab. Todos sin conductor. Podréis subiros en ellos. No tienen volantes ni pedales, así que espero que vaya bien”, bromeó, para luego asegurar que los coches autónomos serán 10 veces más seguros que los conducidos por humanos. Tesla ha tenido problemas de seguridad con las funciones de autoconducción de sus actuales modelos.
El empresario tiene una visión en que el coche autónomo es una mezcla de Uber y Airbnb, en la que el coche sin conductor hace de taxi y los propietarios de vehículos pueden aportarlos a la flota cuando no los necesiten. El plan de Musk es, por tanto, gestionar una flota de taxis Tesla autoconducidos que los pasajeros puedan llamar a través de una aplicación. Los propietarios de un coche autónomo también podrán ganar dinero en la aplicación ofreciendo sus vehículos y Tesla se llevará una parte de los ingresos.
El otro prototipo presentado este jueves, Robovan, tiene capacidad para 20 personas y se puede adaptar para uso comercial o personal, como autobús escolar o turístico o incluso como vehículo de carga, según la compañía.