“Resultados profesionales en tu propia casa”. Seguro que más de una vez ha encontrado esta promesa en productos de belleza, salud y cuidado personal. Y sí, es cierto que muchos aparatos profesionales tienen su versión doméstica. Pero, ¿funcionan igual? ¿Ofrecen resultados similares? ¿Su mal uso tiene riesgos importantes para la salud? Como con todo, depende de cada caso.
Masajes y contracturas
Analicemos lo que ocurre con los productos para masajes, contracturas musculares, electroestimulación… Curiosamente, hay algunos que son iguales tanto para el usuario doméstico como para el profesional. Hablamos por ejemplo de los aparatos de presoterapia como los de Renpho —con miles de reseñas en Amazon— o el de Innovagoods; una técnica que ayuda a recuperar la musculatura tras esfuerzos importantes, a luchar contra la retención de líquidos y edemas en miembros superiores e inferiores. También de las pistolas de masaje que tan de moda se han puesto sobre todo entre los aficionados al crossfit con modelos destacados como los de Therabody o Hyperice.
Con ellas, se busca calentar los músculos antes de un entrenamiento, eliminar molestias posteriores e, incluso, mejorar el rendimiento, empleando para ello la vibración y la percusión. “Pueden ser máquinas a tener en cuenta para eliminar ligeras molestias en casa, pero en el caso de que realmente exista una lesión, su uso podría ser contraproducente; por ejemplo, en una rotura fibrilar”, explica Sergio Gutierrez, director de la clínica Fisio&Sport. En estos casos, siempre es recomendable acudir a un especialista que empleará distintas técnicas y aparatología en función de cada paciente.
Respecto a los TENS, un aparato que aplica corrientes eléctricas a través de la piel para controlar el dolor. Y aquí ya hay una clara diferencia entre los que usan los profesionales y los que se pueden comprar para casa. Mientras la maquinaria de electroterapia que suelen emplear las clínicas es muy completa, permitiendo crear diferentes programas de actuación en los que es posible variar los tipos de corrientes, frecuencias e intensidades para conseguir los mejores resultados, los modelos domésticos como los de Beurer o Medisana se caracterizan por su sencillez, con programas preestablecidos para molestias, dolores y zonas concretas. “Los riesgos de utilizar un aparato de estas características son prácticamente nulos; lo único que puede pasar es que use un tipo de corriente o programa que no sea el más adecuado para la patología. Por eso, lo ideal es siempre ser aconsejado por una profesional dependiendo de la circunstancia”, completa Gutierrez.
Para rostro y cuerpo
¿Y qué ocurre con los dispositivos para tratamientos faciales y corporales relacionados con la belleza? Los expertos coinciden: no suelen ser una alternativa a los tratamientos profesionales, sino más bien un complemento para potenciar o alargar sus resultados. “En muchos casos la tecnología es la misma, pero se diferencia en que se ha aplicado a dispositivos más pequeños y manejables, e incluso inalámbricos”, comenta Vanja Gudelj, PR Manager de Foreo, una firma con una amplia variedad de dispositivos que se utilizan tanto en centros de estética como a nivel doméstico como FAQ 202, una máscara antienvejecimiento, o BEAR 2, que emplea las microcorrientes para tonificar piel y músculos.
Este tipo de dispositivos no suele tener efectos secundarios importantes porque están preparados para su uso no profesional: las depiladoras láser tienen sistemas de seguridad para que no disparen si el cabezal no está totalmente en contacto con la piel, por citar un ejemplo. En cualquier caso, siempre es indispensable tomar algunas precauciones antes de usarlos. Esencial es, así, leer con detenimiento las instrucciones de uso y advertencias de seguridad para saber cómo aplicarlos, en qué zonas y en cuáles no. “Y, por otro lado, elegir dispositivos seguros y de calidad y no guiarse solo por el precio”, afirma Gudelj.
La higiene dental, en casa
Por último, hablemos de higiene bucal. Este caso es especialmente curioso porque los tratamientos profesionales y domésticos son distintos y es difícil que se utilicen los mismos dispositivos (y componentes) en uno y otro caso. Pero a la vez, están totalmente unidos. “Acudir a una clínica dental para cuidar la salud bucodental es fundamental, pero el cuidado bucodental en casa es imprescindible. Una cosa no se entiende sin la otra, y el paciente juega un papel prioritario en ambas”, constata el Dr. Ángel Alcaide, dentista y responsable de relaciones científicas de Oral-B.
En este sentido, cepillos de dientes, irrigadores bucales… se consideran esenciales en la higiene bucal doméstica. Y son productos que no entrañan riesgo para la salud. Pero hay otros que sí, como advierte la Dra. Adriana Toro Mattozzi, especialista en Ortodoncia en la Clínica Dental Intersalud y miembro de Top Doctors. “Actualmente, existen en el mercado, en internet, redes sociales y compras online, diferentes tipos de tratamientos dentales que ofrecen directamente al paciente sin ser supervisado ni dispensado por un odontólogo ni por un especialista en el sector. Este tipo de tratamientos puede afectar a tu salud bucal sin llegar a alcanzar los objetivos deseados.
Se trata, por ejemplo, de los blanqueadores dentales, que no alcanzan las concentraciones adecuadas como para ser eficientes y, en casa, pueden causar irritación en las encías por mala manipulación, pulpitis e inflamación de la pulpa que ocasiona sensibilidad en los dientes, muchas veces irreversible.
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