Cómo limpiar tus auriculares, paso a paso | Tu Tecnología | El País

Quienes habitualmente usan auriculares de tipo botón o intraurales —de los que van metidos dentro del conducto auditivo—, pueden hacer una pequeña prueba: mirándolos con detenimiento, seguramente verán que el sudor, el polvo e incluso la cera se acumulan en ellos, obstruyendo los controladores. Y no se trata únicamente de una cuestión de higiene, por las bacterias y los microbios que se depositan en ellos, sino que esta suciedad hace que vayan deteriorándose los componentes, que se resienta la calidad del audio y que la música se escuche cada vez a un volumen más bajo.

Si los auriculares son además de tipo true wireless —sin ningún cable, como los AirPods o los Galaxy Buds—, podemos también dirigir la mirada al interior de su estuche de carga: efectivamente, la suciedad también se ha ido depositando ahí cada vez que los guardamos; con el tiempo, puede estropear los contactos de carga y, como consecuencia, terminarán por no cargar correctamente.

Aunque la primera idea para limpiarlo todo podría ser utilizar agua, no es lo más adecuado. Ni siquiera en los modelos en cuyas especificaciones técnicas se especifica que son resistentes a ella. ¿Cómo higienizarlos entonces sin correr el riesgo de dañarlos? En el mercado hay múltiples kits de limpieza en los que viene ya todo lo necesario para hacerlo —como estos, que cuestan alrededor de 10 euros— o los bolígrafos para limpiar auriculares, con puntas muy finas y algunos complementos para este y otros dispositivos.

Aun así, esos productos específicos no son imprescindibles, y la clave para conseguir una limpieza exhaustiva la encontramos en tres elementos: el alcohol, las gamuzas o paños de microfibra —sirve cualquiera, siempre y cuando esté limpio y no suelte pelusas— y un cepillo de cerdas blandas. Y aunque es un proceso fácil a simple vista, debe realizarse con mucho cuidado para no dañar los auriculares, ya que tienen algunas zonas muy sensibles, como la malla y los conectores de carga.


Lo primero sería quitar los elementos desmontables. No suelen ser muchos; principalmente, las almohadillas si ese modelo concreto las tiene. Siempre y cuando sean de silicona, goma o plástico, se pueden lavar con agua y jabón neutro. En el caso de que se hayan fabricado con piel, mejor una gamuza húmeda. Para los auriculares en sí lo más adecuado es emplear el paño mojado en alcohol, aunque no vale cualquiera: lo ideal es que sea alcohol de tipo isopropílico, ya que es un producto específico para limpiar y desinfectar. Se encuentra fácilmente en casi cualquier tienda física u online en la sección de limpieza; pero, si no tienes, podrías sustituirlo por una toallita desinfectante e, incluso, por gel hidroalcohólico. Y queda lo más complicado, la malla, que en ningún caso debe entrar en contacto con este limpiador y en la que hay que utilizar el cepillo con mucho cuidado y sin presionar en exceso.

Para la funda, en el caso de los auriculares true wireless, los expertos recomiendan un paño humedecido para el exterior y bastoncillos mojados en alcohol isopropílico para el interior, ya que ayudarán a llegar a todos los recovecos. Es importante que no dejen pelusas, tener cuidado con los contactos de carga y no volver a meter los auriculares dentro hasta que no esté todo seco. Y si tienen cables, con el paño y el alcohol quedarán como nuevos.

Puedes seguir a EL PAÍS Tecnología en Facebook y X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Deixe um comentário